Un salto importante por
parte de Microsoft y todo apunta a que será lo que debió haber sido
Windows 8/8.1 pero creo que es mejor esperar. Estas son 8 razones para no
actualizar a Windows 10.
1-
) Espera a que otros hagan la prueba.
A cualquier amante de la tecnología le atrae probar
lo último pero si utilizas el ordenador para trabajar o simplemente prefieres
un sistema lo más estable posible no es buena idea ser de los primeros en dar
el salto. La experiencia nos dice que casi todos los sistemas operativos
experimentan problemas más o menos importantes en los primeros meses y, a pesar
de lo que diga Microsoft, no es tan raro que algún periférico deje de funcionar
o tengas problemas con los drivers.
Mi consejo es esperar al menos un par de meses y ver
tranquilamente cómo una base de millones de usuarios prueba el sistema y
ofrecen feedback gratuito a Microsoft. Cuando se lance el primer
parche importante, será mucho mejor momento para actualizar.
2-
) Si vas a comprar un nuevo PC probablemente te salga “gratis”
Si estás pensando en comprar un portátil, un todo en
uno o un sobremesa “de marca” conviene resistir la tentación del icono que nos
invita a actualizar ya a Windows 10. Como ha ocurrido desde el primer Windows, la
estrategia de Microsoft para popularizar el sistema pasa por incluirlo en casi
cualquier equipo disponible en tiendas sin que el cliente perciba que paga
por el sistema.
Es evidente que Windows 10 no nos saldrá gratis al
comprar un equipo nuevo, pero el precio por licencia OEM que cobra Microsoft a
los fabricantes no tiene comparación con el que pide al consumidor final y, en
la práctica, resulta muy complicado comprar equipos sin Windows (especialmente
hablando de portátiles o soluciones integradas). Disfruta de tu equipo actual y
da el salto con hardware especialmente optimizado para Windows 10.
3-
) ¿Estás seguro de que todas tus aplicaciones van a funcionar?
Es evidente que las aplicaciones más habituales no
deberían tener problemas para funcionar con Windows 10, pero los usuarios
profesionales que usen software específico deberían cerciorarse de que todo va
a ir bien. Además, los
desarrolladores necesitan tiempo para aprovechar las nuevas capacidades de
Windows 10, así que es más que probable que durante los primeros meses la
mayoría de tus aplicaciones no estén preparadas para sacar el máximo partido al
nuevo sistema operativo.
4-
) Espera a tener controladores optimizados para tu hardware
En configuraciones más o menos estándar esto no
debería ser un problema, pero los usuarios de perfil profesional o gamers que
quieran sacar el máximo partido a su hardware deberían tener claro la política
de actualizaciones de los fabricantes con Windows 10.
La cosa se complica
cuando se trata de periféricos menos populares o que requieren un software
específico para funcionar.
5-
) Si no te gusta, la vuelta atrás será complicada
Instalar Windows 10 es tan sencillo como aceptar la oferta que casi todos tenéis en la esquina inferior
derecha del escritorio. De manera silenciosa, Microsoft enviará todos los archivos
necesarios para que el día 29 solo tengáis que esperar unos minutos para
estrenar Windows 10. Si todo va bien perfecto pero… ¿y si tienes algún problema?
Es evidente que los usuarios avanzados sabrán
instalar el sistema anterior a partir de una partición (o de un disco de
rescate) y tendrán una copia de seguridad de todos sus datos pero esto no se
puede generalizar, así que conviene tener un plan B antes del pulsar el botón
“Actualizar”. Si algo falla, lo menos malo que te puede pasar es pasar una
tediosa tarde reinstalando el sistema operativo, los controladores y la copia
de seguridad con los archivos.
6-)
No es barato, ni será gratis para todos
Windows 10 será gratis para aquellos usuarios domésticos que actualicen este año desde una licencia válida (esto es, comprada legalmente) de Windows 7 y Windows 8. Los usuarios de empresa tendrán que pagar, si tenéis un Windows anterior a 7 tendréis que pagar y si compráis un equipo nuevo, aunque no os lo digan, estaréis pagando por vuestra licencia de Windows.
Estos son los precios oficiales de Windows 10:
Windows 10 Home: 119 dólares.
Windows 10 Pro: 199 dólares.
Actualización de Home a Pro: 99 dólares.
7-
) Echa un vistazo a lo que te vas a perder
¿Sabías que con Windows 10 no podrás reproducir DVD
de manera nativa? ¿Y qué se ha eliminado Windows Media Center? Esto son
solo dos ejemplos de lo que Microsoft ha decidido dejar por el camino.
Por cierto, que nadie se alarme, Windows 10 sí tendrá nuevas versiones de los
míticos Buscaminas y Solitario.
8-)
Pruébalo y aprovecha la actualización gratuita, pero espera para dar el salto
Si eres un usuario doméstico y tienes una licencia
de Windows 7/8/8.1 nuestro consejo no puede ser otro que aprovechar la
oferta de Microsoft y actualizar a Windows 10 a lo largo de este año;
tendrás actualizaciones garantizadas para tu equipo y estamos convencidos de
que el nuevo Windows será un gran sistema operativo.
Ahora bien, teniendo en cuenta todo lo anterior,
recomendamos tener cierta prudencia a la hora de actualizar. Puede ser buena
idea esperar unos meses (la oferta dura todo un año), instalarlo en una
partición o en otro disco duro o incluso aprovechar esta oportunidad para
probar un nuevo sistema operativo. Todas las opciones son válidas y dependen de
cada perfil de usuario, razón por la que resulta muy complicado realizar una
recomendación general.
Conviene tener en cuenta que la estrategia de
Microsoft pasa porque un gran número de usuarios den el salto lo antes
posible y garantizar una gran base de ordenadores equipados con Windows 10. Es
la razón por la que lo “regala” a los que ya son usuarios de Windows (así no
tienen ni que pensar en alternativas), lo precarga en los equipos y apoyará con
muchos millones de dólares a los fabricantes para que lancen sus nuevos equipos
“diseñados para Windows 10″.
Fuente:muycomputer
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