Los procesos redox o reacciones de oxidación‐reducción
Implican una transferencia de electrones desde un
átomo que se oxida a otro que se reduce.
Un ejemplo de proceso redox es
la oxidación
del hierro, Fe, en medio ácido.
Fe(s) + 3
H+(ac) Fe3+(ac) + 3/2
H2(g)
La
oxidación implica pérdida de electrones. La
semirreacción de oxidación del Fe es:
Fe(s) → Fe3+(ac) + 3e⁻
La
reducción implica ganancia de electrones. La
semirreacción de reducción del H+ es: 3 H+
(ac) + 3 e⁻ → 3/2
H2(g)
El Fe es el agente
reductor que cede electrones al H+ y provoca su reducción a hidrógeno gas. El
H+ es el agente oxidante que gana electrones y causa la oxidación del Fe a
Fe3+. En la reacción redox global el número de electrones que se pierden en la
oxidación debe ser igual al número de electrones que se ganan en la reducción.
La oxidación del hierro, como la de muchos metales, es un proceso espontáneo,
en el que el metal actúa como reductor y los iones hidronios, procedentes del
ácido, como oxidante. Como resultado de este proceso redox el metal se
disuelve. Todos los metales cuyo potencial de reducción es negativo (reductores
más fuertes que el H2) se oxidan en medio ácido.
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